Caminant entre sistars i séquies

Es creu que els sistars -que eren casetes per a distribuir l’aigua de les séquies- es van començar a edificar durant l’època foral, quan els senyors controlaven l’accés i la distribució d’un ben tan preuat com era l’aigua. Les séquies se solien edificar amb la mateixa pedra del terreny sense desbastar i adob, una manera bastant simple que després seria millorada a base de murs més elaborats i més forts. En canvi, les contruccions més complexes, on sí que s’emprà una mà d’obra més qualificada i coneixements d’arquitectura per poder fer arcs escarsers, arcs mig punt i voltes de canó, van ser els sitars.

Sabem que el sistar de la Font estava construït amb volta de canó com el de l’Oixet, però aquest i segurament tots els altres que recorren el camí de l’Aigua des de la Font de Quart serien objecte de contínues transformacions. Centrant-nos en el segle XVIII, sabem per exemple que aquest sistar de la Font es va haver d’enderrocar perquè estava mal anivellat per a fer-se de nou:

En el lugar de Quart y casa del Ayuntamiento a los doce dies del mes de julio de mi setecientos setenta y siete años junto los señores Vicente Polo, alcalde ordinario, Agustín Meseguer y Miguel Romero, regidores, Miguel Martínez, síndico y Tomás Queralt, segundo alcalde los que componen este ayuntamiento determinan que por cuanto el sistar da las aguas de la Fuente por estar mal anivellado se derribó, concordando se componga pagando a proporción lo que más corresponde a este lugar”.1

En aquesta època (1770) nomenaren de repartidor de la recotxa a Bautista Pérez, i de repartidor del quartel a Josep Blanch i Josep Oliver. Va ser en aquest temps quan es va decidir de treure la séquia que anava per dins del convent dels servites perquè fos usada per la població.

A diez dies del mes de mayo de 1770 […] dijo el referido Bautista Pérez síndico, que por motivo de que dentro el huerto del convento de Padres servitas de este lugar pasa la asequia de la agua que beven y consumen los vecinos de este lugar se ve pasados los años a tomarla distante esta población a las espaldas de la pared del huerto de dicho convento sitio solitario entre campos y asequias y muy perjudicial especialmente para las mujeres, pues […] por la situación tan cauta acudiendo los otorgados gastan muchas conversaciones y estan expuestas a muchas fatalidades, como se han advertido algunas veces no tan solo en dicha atorgadas, sinó también en las que se hallan fuera de esta classe , por lo que sería muy beneficioso a la causa pública el que se solicitase por los tribunales correspondientes el sacar la asequia mayor por fuera la pared del huerto de dicho convento y conducirse el agua para el consumo de vecinos a la misma calle de este lugar donde se halla el abrevador de junto al dicho convento, las aguas que le corresponde para su consumo con lo que se evitarian dichos inconvenientes, el de tomar dicha agua, por dicha asequia para regar el huerto que no le toca, por tener el riego por otra asequia que se halla a la parte de arriba...”2

El dia 18 d’octubre del mateix any es va celebrar el litigi sobre l’ús de la recotxa que feien servir els veïns. En el plet hi havia cinc representants per part del convent, altres cinc del mateix ofici i cinc “si le pareciese sobre que el convento pide se le ampare en la posesión que pretende del riego de la recocha en su huerto: de que es preciso defenderse y asegurarse dicho pleito. Acuerdan y determinan por ser la maior parte de los que componen este ayuntamiento defendiendo es beneficiario común de todos los vecinos, que se siga dicho pleito se pague cuando ocurra en el y lo pactado dictara, en los testigos que ai suministrados en defensa de la posesión que se hallan los vecinos, y contando de los recibos que por ello hubiere satisfecho Miguel Martínez, regidor primero, se le abonen sus pagos, a lo que obligamos los propios y rentas de conserje”.3

Un any després hi hagué constants períodes de sequera, que es van traduir en el poc cabal d’aigua que portaven les séquies de les Valls. Així ho testimonia el llaurador i veí de Quart Vicente Polo, que va ser el sequier que s’encarregava aleshores de la recotxa. A aquest se li demana que tinga, en compte, sobretot, l’equitat en el repartiment de l’aigua.

El 19 de junio de 1771 […] por ser mucha la escasez de agua que hai en la fila i recocha que tiene este lugar para regar su huerta, i assi mismo avertir que hai algunos quiebros, i descuidos regando los dueños sus respective huertas, los que se evitaran nombrando un fiel regador que riegue toda la huerta de este lugar con el salario, a saber, cinco dineros por anegada de las que se riegan en la fila i seis en la recocha, pues de otra forma no se podrá acabar de sembrar la cosecha de verano, ni acampar las sembradas, y por ello nombramos por fiel regador a Juan Queralt, vecino de este lugar a quien se le haga saber para que use el empleo con la mayor igualdad i para que conste a los vecinos de esta determinación se haga público vando, i que se alargue en este libro, i por no estar el fiel da fechos en credito de lo dicho lo firmamos los infraescritos capitulares”.4

Padecía gran dada detrimento en el riego de las tierras de la huerta de este lugar por el motivo de tenir las dos asequias madres llamadas la del setí y la de abaxo sobrados rolls […] assí que su dictamen era que pasaran los expertos del juzgado, y que hiciesen vista de ojos y después de su relación jurada se executase lo que juzgase justo para el bien común […] en cuanto ha hacer los rolls, para que el agua vaia rellegada que era muy justo, pero que si algun particular mueve pleito no quiere saber nada”.5

Al mateix temps, es va aprofitar per a sol·licitar alçar noves parets per tancar la font, com ja vam estudiar en el nostre anterior article: “Apunts sobre els murs de la Font”, que completarien les reformes estructurals del circuit de l’aigua. Tanmateix, es van curar de tenir sempre un encarregat dedicat al control de les séquies, car, en anys successius es va atorgar la confiança a Francisco Romero, Bautista Pérez o Narciso Queralt per a repartir l’aigua de la recotxa, feina que requeia, normalment, en llauradors del poble.

1 Arxiu Municipal de Quart de les Valls, Llibre d’Acords de l’Ajuntament (1743-1794), nº 250.2-250.4, f. 61 v.

2 Ibídem, f. 74 r.

3 Ibídem, f. 74 v.

4 Ibídem, f. 79 r.

5 Ibídem, f. 84.